Leí el primer tramo del camino y después
dormí, el segundo tramo, que fue cuando cambiamos trenes, me dedique a pensar
en Lennon. No tenia idea que me había pasado, por qué no había querido dejarlo atrás.
Solo yo sabia lo terrible que seria no verlo, aunque nos tratáramos como
mierda, sabia que en el fondo el me importaba bastante. Pero no como George, George me importaba de
manera diferente, no más que John, pero tampoco menos, pero no igual. Era raro,
no se podían comparar los dos, y luego estaba Paul, quien me seguía a todos
lados como un cachorro. Pero a Paul no lo podía considerar como algo mas que un
amigo, no podía, no me podía imaginar con el. Lo mejor seria... hablar con el,
en cuanto regresara. Era tiempo de que dejara de huir de toda la mierda que había
hecho, regresando a Liverpool, seria una nueva persona.
Llegue a la estación de París,
siempre había amado a ese lugar, suspire de alivio en cuanto llegue, mis padres
me recogerían ahí y después marcharíamos hacia Gargilesse. Ya podía casi
respirar el aire del campo, escuchar el suave murmullo del viento recorriendo
el pasto pero más que nada, estar alejada de todo el laberinto que yo misma había
creado y en el que yo misma me había perdido.
Pensando en esto, me senté en una de
mis maletas, me puse mis gafas y seguí leyendo. Mi padre era distraído e
impuntual así que tenia por lo menos 20 minutos para seguir leyendo.
-Florence!-
Habían pasado exactamente 23 minutos
cuando escuche este grito que resonó por toda la estación de trenes. Sonreí y fingí
no haberlo escuchado, siguió con sus estruendosos gritos y reí al escuchar que
estos se acercaban junto con los regaños de mi madre.
-Santo cielo Jacques,
deja de gritarle-
-No me escucha Rosa-
-Esta jugando
contigo, deja de gritarle-
Reí de nuevo y se acercó, cargándome
completamente y girando conmigo mientras mi madre le imploraba que se
comportara, algo que, como de costumbre, ignoro completamente.
-Mírate, que grande
estas, apenas ayer eras una chiquilla que jugaba futbol conmigo en el campo del
abuelo- dijo mi padre.
-Descuida papa, aun
podemos jugar, y aun podre ganar- le respondí con una sonrisa, haciéndolo reír.
-Vengan, hablaremos
en el auto, hay mucho camino por recorrer-
Mi padre ayudo a cargar maletas, y
nos subimos al viejo auto familiar, estar ahí era como estar viva de nuevo,
estar segura, nada me podía pasar ahí.
-Y bien, quien era el
chico?- dijo mi padre en cuanto subimos al auto.
-Papa!-
-Que? Es de
suponerse, tu depresión de típica adolescente, faltar a la escuela, la nueva
actitud, el nuevo peinado, el nuevo vestido, dios mio! De donde sacaste ese
vestido?-
-Lo compre-
-No me agrada, es
revelador-
-Déjala en paz
Jacques, hablaremos en la casa- volteo a verme- Había un chico?-
-Honestamente mama...
el problema es que habían 2, o 3, o quizás eran 20-
Y comencé a contarles todo, ellos
realmente escuchaban, no como Henry y Agatha, que fingían hacerlo por que no tenían
ni puta idea de que hacer conmigo, estaban demasiado acostumbrados a Peter.
Peter, joder, era el único que comprendía en esa casa, aunque a veces también, fingía
escucharme por que no tenia idea de que decirme, era un chico, los chicos no
saben nada de nada.
Esos días fueron fácilmente, un gran
alivio, estaba feliz, algo que no había
estado en mucho tiempo, estaba comenzando a considerar quedarme ahí y solamente
regresar a Liverpool si fuera completamente necesario. Algo que no esperaba ya
que ahí nunca sucedía nada, pero es que la promesa que le había hecho a John, y
además, la forma en la que había querido permanecer ahí con el me atormentaba,
poder pensar en intercambiar Francia por Liverpool, solo por el…. Eso debía
tener algún significado.
El primer mes fue esplendido, no recibí
ni una sola carta de su parte pero aun así quería volver a verlo. Mi visita ahí
ahora era por tiempo “indefinido”. No quería regresar, pero debía hacerlo.
No le di mas consideración a esto
hasta la mitad del segundo mes, cuando estaba con mi padre, ayudándolo a teñir
algunas prendas de ropa, era su nuevo pasatiempo favorito, mezclaba muchos
colores y los resultados eran impresionantes.
-¿Y que harás con
ellos?- pregunto.
-¿Con quienes?-
-Con tus chicos-
-¡Papá!-
-Solo es curiosidad,
¿Qué harás?-
-¿En realidad tengo que regresar?-
-Me gustaría que lo
hicieras, tienes que solucionar ese problema-
-Lo se pero es que…
no lo se-
-¿Qué no sabes?-
pregunto mi madre, entrando con una canasta llena de ropa.- Jacques, por dios,
esas son tus camisas nuevas!-
-Solo les doy algo de
color, continua Evie-
-Hay un chico, no te conté
de el-
-¿Cómo se llama?-
-George Harrison y el… ¿Por qué te estas riendo?-
-Es un nombre
gracioso- dijo mi papá, muy entretenido.
-En fin, hay una
situación el… bueno el, dijo algunas cosas-
-¿Qué te dijo?-
-Dijo que…- baje la
mirada a la tina llena de agua con color.-Que yo era insegura, manipuladora, y
que.. era una fácil-
Los 2 levantaron la mirada en
asombro de manera simultánea.
-P-pero seguramente
tu te defendiste!- dijo mi padre, indignado.
-No-
-¿No?-
-No, por que, tiene
razón-
Los 2 dejaron de hacer lo que
estaban haciendo para verme, tenia que decirles, la persona en la que me había
convertido, además de ser mis padres, eran mis amigos, mis consejeros,
necesitaba su orientación.
Les narre lo que no les había dicho,
lo que había hecho, solo para agradarle a John, que ni siquiera estaba segura
si le agradaba por completo o si solo estaba esperando el momento para
convencerme de acostarme con el o algo así.
Mi padre, siendo la persona
comprensiva que era, me afirmo que las personas podían cambiar, que podían
volver a ser lo que alguna vez fueron, algunos cambios eran para bien.
Mi madre, era sensible y delicada, y
ya cuando se le paso el shock inicial (1 día), me dijo que no importaba, que
era su hija, y aunque no aprobaba de mi comportamiento, ella se iba a encargar
de que pudiera cambiar, y me iba a enseñar como se comportaba una señorita, no
estaba molesta, sino mas bien, decepcionada, algo que era peor.
Ahora ellos también estaban
convencidos de que tenia que regresar a arreglar los problemas que yo misma
había hecho. El mejor momento de mi viaje fue cuando fuimos a la granja del
abuelo, mi abuelo era mi persona favorita en todo el mundo, le agradaba a todo
aquel que lo conociera, era un hombre optimista, serio, muy sabio y pronto
seria su cumpleaños. Para mi desgracia, mi visita ahí no fue muy cómoda, fue
cuando comencé a sentirme mal. Recuerdo que lo salude y entre rápidamente a su
casa, sintiendo algo en mi pecho, una presión fuerte. Subí las escaleras y
llegue al techo, donde mi senté a ver el sol, los animales, el mar que se veía
desde ahí, a mis familiares llegar. De ahí pude ver como alistaban todo para
comer afuera, como comían y platicaban, mis padres me estaban buscando pero no
me sentía en condiciones muy óptimas para bajar y convivir.
-Y ahí esta mi
nieta... debí suponer que estarías aquí-
Mi abuelo estaba asomado por la
ventana con esa sonrisa tranquilizante.
-Quieres bajar?- me
pregunto y sacudí la cabeza.-Bien, yo subiré-
-No abuelo! Espera,
ahora bajare-
A los cuantos minutos me encontraba
con el atendiendo su jardín y sus preciadas flores, en silencio. El siempre
esperaba a que yo hablara y jamás intentaba llenar los silencios con conversación
sin sentido. Sentí un dolor punzante y mi respiración comenzó a salir rápida y
entrecortada.
-Evangeline, te
encuentras bien?-
-Si, creo que... solo
me sentare un poco-
Me senté y tomo asiento a mi lado
mientras yo veía las nubes.
-Estoy preocupada
creo, por el, lo extraño-
-A quien?-
-A John-
-Y quien es John?-
Le conté quien era, y lo importante
que era para mi.
-Te diré algo, debes
estar segura que es la persona correcta, si necesitas cambiar para el, no lo
es-
-Lo se, es lo peor,
que lo se-
-Eres igual o peor
que tu abuela, eres exactamente igual a ella-
-No se si lo sepas,
pero soy adoptada-
Sonrió.-Si, lo se,
pero no dejas de ser igual, como te están tratando los Shotton?-
-Bien, son geniales,
especialmente mi hermano, pero no se, siento que no saben que hacer conmigo a
veces, no se, a veces no estoy segura de que me quieren, si me quisieran, por
que me dejaron para empezar y también Jacques y Rosa, por que me han dejado
estar allá tanto tiempo? Que no me extrañan?-
-De Jacques y Rosa,
no lo dudes ni un poco, te aman. Aun lo recuerdo. Estaban aquí cuando tú
llegaste, a la mitad de la guerra, una familia les pidió una dirección, tenían
un hijo mayor y tú acababas de nacer según dijeron, en Inglaterra la situación
estaba peor veras, y aquí, aquí es un pueblo fantasma, nunca pasa nada. Después
se convencieron de que estarías mejor aquí, tu madre, Rosa, veras, ella jamás había
podido tener hijos y pensó que seria perfecto, decidió que no podía dejarte
regresar allá, te quería junto con tu padre y ayudo a convencer a la señora
Shotton de que aquí estarías mejor. Al niño, tu hermano, lo dejarían con algún
familiar pero supongo que no lo hicieron... te quieren, estoy convencido de
ello, y no pienses jamás lo contrario. Y por ese chico... John, él te quiere
como eres, pero no me gusta para ti, me gusta más el otro-
-El otro?-
-El otro-
-Paul?-
-No, pero te acercas-
-George?-
-Ese-
-Pero me odia! Como
voy a estar con alguien que me odia!-
-No te odia... ya
veras que todo se dará a su tiempo-
Abrí la boca para hablar.
-Florence! Con que aquí
estas! Te hemos estado buscando, ve a comer, no espera, primero ve y lávate
esas manos!- era mi madre. Le sonreí al abuelo quien me guiño el ojo y me pare
para ir con mama.
Ese día en la noche, mientras todos dormían
me decidí, tenia que llamar a John, no me sentía bien, no podía dejar de pensar
en el... tome el teléfono, al abuelo no le importaría pagar la llamada a larga
distancia, sonó y sonó pero nadie jamás contesto. No me sabía el número de Paul
y si llamaba a Agatha a esas horas...
No pude dormir, estaría John
pensando en mi como yo en el? Quizás no.
-Pero como es
posible... ayer estabas bien, dame el termómetro-
Mi madre me miraba incrédula. Si,
genial, ahora me sentía como una invalida, tenia fiebre y mi padre había
sugerido que no me parara de la cama por el día. Sentí una fuerte presión en mi
pecho y... algo no estaba bien, me sentía como en un sueño lucido, donde todo
parece real pero repentinamente notas algo fuera de lugar, así me sentía, solo
que no podía identificar que estaba fuera de lugar.
-Papa, crees que
pueda usar el teléfono?-
-A quien quieres
llamar?-
-A Pete-
-No quieres que te
cuente mi nuevo proyecto?-
En ese momento no note su repentino
cambio de humor y de tema, pero es que así era mi padre, siempre cambiando
temas de conversación a su antojo.
Me hizo olvidar mi necesidad de
comunicarme con alguien de Liverpool hasta tarde, cuando mi abuelo me permitió
usar el teléfono.
-Operadora, en que
puedo servirle?-
-Necesito el número
de James McCartney, Merseyside, Liverpool, Inglaterra-
-Espere un momento,
ahora la conecto-
-Si?-
-Paul?-
-No, Mike, quien
habla?-
-Mike, hola, habla
Evangeline-
-Evangeline?-
-Mierda, habla Bess-
-Oh, oh! Bess, si,
m-mira Paul ahora no esta aquí, esta ocupado-
-Tardara mucho?-
-Probablemente si-
-Mike, escucha, esta
todo bien por allá?-
-A que te refieres?-
-No lo se, en
general, están todos bien?-
-Creo que deberías
regresar, y rápido-
-Mike que esta
pasando?-
-Escucha, tengo que
irme, nos vemos luego-
-Mike!-
Y colgó. Joder. Eso casi confirmaba
mis sospechas, algo estaba mal.
Creo que el resto de la semana ahí
me la pase muy pensativa, que, posiblemente estaría mal aparte de las
calificaciones de John?
-Quiero regresar-
Estas 2 palabras fueron suficientes
para que mis padres levantaran la cabeza de lo que estaban leyendo y me vieran incrédulos.
-Ahora?-
-Ahora, mañana, que
no pase de esta semana-
-Ev, hicimos algo?-
pregunto mi padre.
-No, pero creo que
algo esta mal, no lo se, así lo siento y si ustedes saben algo agradecería que
me lo dijeran-
Voltearon a verse y... si, ellos sabían
algo.
-No creo que sea
buena idea, pero si tu quieres hacerlo...-
Y así fue como me encontré de nuevo
en la estación de trenes, esperando abordar, con mis padres observándome con
cara de preocupación, esta vez mi abuelo nos acompañó, lo cual lo hizo mas difícil,
pero los 3 prometieron y juraron visitarme pronto. Esta vez no dormí para nada,
me sentía peor que la primera vez que había viajado hacia Liverpool. Mucho más
nerviosa.
Nadie me esperaba en Liverpool, pero
no le había dicho a nadie que iría, tome el bus y llegue a la casa, donde toque
pero nadie salió.
-Salieron hace un
rato- dijo una vecina.
-Disculpe?-
-Si, salieron, saben
que vendría?-
-No, no lo sabían-
-Me pidieron que
guardara la llave, para Peter, te la puedo dar...-
-Si, gracias-
Entre a la casa, todo estaba en
silencio. Al parecer, todo estaba bien ahí. Marque el numero de John pero nadie
me contesto. Ni siquiera intente marcarle a Paul.
Me puse un pantalón de mezclilla, no
tenía ganas de usar vestido, y aquellos zapatos raros que mi padre me había
comprado en América.
Llegue a la casa de Mimi, que estaba
a corta distancia y espere a que alguien abriera, lo hizo la señora Smith.
-Oh Evangeline!
Gracias a dios que estas aquí! John! Visita para ti! Ahora viene querida-
Espere a que John bajara y cuando lo
hizo, me sentí aliviada al verlo, estaba bien, me había preocupado por nada.
Pero conforme se fue acercando pude notar que NO estaba bien.
Su expresión era diferente, él era
diferente. Me miro de arriba a abajo y esbozo una sonrisa falsa e irónica y...
me cerro la puerta en la cara.
Joder. Debí saberlo, debí saber que
ese estúpido bipolar de mierda cambiaria de opinión. Mimi volvió a abrir la
puerta, pidiendo disculpas por parte de su sobrino.
-Descuide señora
Smith, quizás este no sea un buen momento-
-No Evangeline, me gustaría
que hablaras con el de... bueno, lo que paso. Esta arriba en su habitación,
creo que ya sabes donde esta-
Subí nerviosa, y si de nuevo me
mandaba a la mierda? Toque la puerta y cuando nadie la abrió, lo hice yo.
Estaba acostado boca abajo en su cama con su rostro en su almohada.
-Por última vez Mimi,
NO quiero ver a nadie-
-Johnny...-
Levanto la mirada y di un paso hacia
atrás, esa mirada no me gustaba nada.
-Mira, no sé que esta
pasando, vine por que... estaba preocupada por ti, no lo se John...-
-Oh, estabas
preocupada- su tono era sarcástico.
-Si, de hecho, no quería
venir, pero te lo prometí-
-Ahora te importan
tus promesas, Tus putas promesas, te digo que pienso de ellas?-
-No John, no quiero
saberlo. Solo quiero que me digas que te pasa-
Sacudió la cabeza y se rio. Me senté
en su cama pero en cuanto vi su mirada me pare y decidí sentarme en su
escritorio.
-Primero, voy y me lo
trago todo Florence, todo de que me quieres y esa mierda, y me dices que volverás,
y me dices que siempre estarás ahí y no se cuanta mierda mas, pero cuando yo te
necesito... mierda...-
Se volteo hacia otro lado. Estaba...
estaba llorando?
Me senté a un lado de él, ignorando
sus quejas y acaricie su cabello.
-John, no tengo ni
puta idea de que me estas hablando, si quieres...-
-Julia murió-
perdonenme por tardarme :c es que he estado bastante ocupada, bueno ya estoy haciendo el otro cap, comenten, lean etc :D